La acumulación de carbonilla en el motor, neumáticos con la presión incorrecta, falta de mantenimiento o circular con peso excesivo son aspectos que pueden subir el consumo de combustible. Así lo indica Norauto en posventa.info.
Norauto enumera diez factores que pueden provocar que el coche consuma más de lo habitual. Teniendo en cuenta estos aspectos, se puede conseguir ahorros tanto en consumo como en contaminación.
Acumulación de carbonilla en el motor. Si el vehículo consume más de lo normal, tiene menos potencia o emite humo demasiado negro, puede ser el momento más indicado para llevar a cabo una descarbonización. Esto no solo puede suponer un ahorro de hasta el 10% en el consumo del coche y hasta un 20% en las emisiones contaminantes, sino que también conlleva alargar su vida útil.
Neumáticos con la presión incorrecta. Si los neumáticos tienen una presión baja, se produce una mayor fricción y aumenta el consumo de combustible; de hecho, se estima que el 20% del gasto de combustible es provocado por la resistencia a la rodadura de los neumáticos. En este sentido, lo recomendable es llevar la presión indicada por el fabricante, especialmente cuando hay peso de más. No hay que olvidar modificar la presión cuando esto ocurra. En general, se suele indicar la presión recomendada por el fabricante en la tapa donde se reposta el combustible.
Neumáticos inadecuados. Norauto recuerda que a través del etiquetado el usuario puede contar con información tan importante como la eficiencia del combustible o el ruido de la rodadura. Otro factor destacable es su durabilidad o composición. El símbolo de la bomba de combustible representa la resistencia a la rodadura de un neumático. Cuanto menor sea, menos energía requiere y, por lo tanto, menor es el consumo de combustible. Por ello, se recomienda neumáticos con la etiqueta ‘A’.
Falta de mantenimiento del vehículo. Puede haber algún elemento mecánico que esté provocando que el coche consuma más. Un incremento en el consumo del coche puede deberse, por ejemplo, a un necesario cambio del filtro de combustible. Se recomienda cambiar el aceite y filtro de aceite entre los 15.000 y 30.000 km o cada 2 años como máximo; cambiar el filtro de aire y el aceite, cumpliendo con las especificaciones del fabricante para un lubricado óptimo. Tener los inyectores sucios u obstruidos también es una causa muy común y fácil de solucionar. Otras causas de este incremento en el consumo pueden ser tener averías en el sistema anticontaminación como la EGR y el FAP, sobre todo en motores diésel.
Circular con peso excesivo. Cuando un coche está muy cargado, el consumo sube porque hace falta acelerar más para poder mover el peso. Es importante llevar el coche lo más ligero posible, sin cosas en el maletero de forma permanente.
Llevar siempre el maletero de techo o el remolque instalado. En línea con el punto anterior, el maletero de techo afecta a la aerodinámica y hay una mayor resistencia. Cuesta más acelerar. Por este motivo, lo recomendable es llevar estas soluciones de transporte solo cuando es necesario, como puede ser en viajes o escapadas.
Conducción brusca. La conducción es muy importante a la hora de ahorrar combustible. Llevar una velocidad constante es favorable. Por el contrario, las frenadas y acelerones repetitivos hacen que el coche tenga que ir recuperando velocidad. Carreteras con curvas, vías con subidas, circular en el núcleo urbano con constantes semáforos,… Todo ello perjudica al consumo final. La conducción brusca es muy desfavorable para conseguir óptimos resultados en el consumo. Se recomienda optimizar el cambio de marchas y en el caso de vehículos automáticos, evitar acelerones bruscos.
Poner el aire acondicionado o circular con las ventanillas bajadas. Ambas acciones pueden contribuir a un mayor consumo. En el caso de las ventanillas, es más perjudicial según va aumentando la velocidad a la que se circula ya que hay una mayor resistencia y peor aerodinámica. Por ello, en caso de ser necesario, se recomienda llevar las ventanillas bajadas a bajas velocidades y en altas, usar el aire acondicionado o climatizador.
Velocidad. A mayor velocidad, el motor tiene que trabajar más y, por lo tanto, aumenta el consumo. Si, además, hace aire, esta resistencia es mayor y el esfuerzo se incrementa, aumentando el consumo.
El tipo de combustible. Todos los combustibles que se venden en el mercado cumplen unos requisitos mínimos. Sin embargo, hay aditivos que pueden hacer que el coche contamine menos.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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